Rupturas y separaciones

Atención psicológica tras una ruptura, separación o divorcio.

Te acompaño a ordenar tus emociones, crear nuevos hábitos y dar sentido a esta etapa como parte de tu crecimiento personal.

No es solo cuestión de tiempo. Superar una ruptura requiere atravesar el duelo con apoyo, conciencia y fortaleza.

Es normal que, tras una ruptura, te sientas una persona desolada, asustada y confundida.

Que tu mundo, el tuyo, parezca venirse abajo. Que sientas que has perdido el control de tus emociones, incluso de tu identidad.

Afortunadamente, todo pasa. Incluso el dolor. Con ayuda, este tránsito puede ser positivo, más rápido y menos solitario.

Del caos al cambio. Reconstruye tu vida con sentido

  • Ambas partes sufren, tanto el miembro “dejado” como el “dejador”.
  • Hay un dolor emocional, pero también físico, porque el cerebro reacciona con intensidad.
  • La separación genera ansiedad y nace una sensación de fracaso.
  • Faltan ganas para continuar con la vida y comenzar de nuevo.

La ruptura de pareja conlleva el paso por una etapa de duelo: convivimos con el dolor y debemos rehacernos.

Con la persona amada, también perdemos lo vivido en esa relación y nuestras expectativas y esperanzas de futuro.

Por eso, también es habitual el sentimiento de “haber perdido el tiempo”.

Volver a sentirse bien no sólo exige tiempo. Hay que pasar por el duelo de una forma sana y con la fortaleza necesaria para recuperar el control de nuestra vida y emociones.

La ruptura requiere de tiempo para curar las heridas. Las etapas del duelo no suelen presentarse de forma ordenada. Pueden intercalarse o incluso solaparse, y es frecuente retroceder a una fase anterior que se creía superada. Es crucial respetar el ritmo de recuperación de cada persona, pero existen cinco etapas comunes:

1. Negación
No aceptas que se acabó. Puedes entrar en estado de shock y sentir que la ruptura no es real y obsesionarte con volver, como sea. Pueden aparecer síntomas de ansiedad.

2. Culpa
Esta emoción es compartida por ambas partes. Cabe hacerse responsable de los propios errores, pero hay que autoperdonarse para no dañar nuestra autoestima.

3. Desesperanza
Al asumir la pérdida, la tristeza nos conecta con un sentimiento de vacío y soledad. ¿Podremos vivir sin la otra persona? Surge el miedo a no poder volver a amar o ser amado.

4. Rabia
Cuando la relación se rompe, nos sentimos frustrados y heridos. La rabia hacia el otro es natural, pero no podemos estancarnos ahí: si dura años, no está realmente superado.

5. Aceptación
Aceptar que la relación acabó y que puedes vivir sin la otra persona es clave para recobrar la ilusión, sentirte fuerte e iniciar la reconstrucción de tu vida.

  1. Evita el contacto con tu expareja.
  2. Aprende a respetar tu ritmo de duelo.
  3. Deja salir tus emociones, pasarán.
  4. Apóyate en las personas que siempre estarán de tu lado.
  5. Aprende a estar contigo mismo.
  6. Aprovecha para hacer cosas nuevas.

Te ayudaré a comprender lo que piensas, sientes y necesitas. A poner orden en el caos emocional que estás viviendo y a recuperar la motivación para iniciar nuevos proyectos o retomar actividades que te conecten contigo.

Te acompañaré en la reestructuración de hábitos y trabajaremos juntos para que esta ruptura no sea un punto final, sino un punto de partida para tu crecimiento.

El objetivo es que no se convierta en un duelo estancado que desgaste tu autoestima, tu bienestar y tu capacidad para construir relaciones futuras.